Qué sí y qué no hacer durante una entrevista de trabajo

Generar una buena impresión desde el primer instante es fundamental para destacar positivamente en una entrevista de trabajo. Sin embargo, una apariencia adecuada solo es el punto de partida: cometer errores durante el proceso puede echar por tierra tus posibilidades. Por ello, esta guía completa te orientará sobre qué sí y qué no hacer para maximizar tu desempeño y aumentar las probabilidades de éxito en tu próxima entrevista laboral.
1. La importancia de la presentación: todo entra por los ojos
La forma en que te vistes comunica mucho más de lo que imaginas. Tu vestimenta debe ser acorde al tipo de puesto al que aspiras y, muy importante, debe reflejar que entiendes y respetas la cultura organizacional de la empresa. Por ejemplo, mientras en sectores creativos puede ser aceptable un look más casual, en ámbitos corporativos o financieros es imprescindible optar por un estilo formal, prolijo y clásico.
Un atuendo adecuado transmite respeto, profesionalismo y conciencia del entorno laboral, factores que los reclutadores valoran altamente. Cuida detalles como la limpieza, el ajuste de la ropa y evita accesorios excesivamente llamativos que puedan distraer la atención.
2. Puntualidad: la primera prueba de responsabilidad
Llegar a tiempo a la entrevista es una regla inquebrantable. Más que eso, procura llegar con anticipación, al menos 20 a 30 minutos antes, para anticiparte a cualquier imprevisto (tráfico, problema de transporte, dificultades para encontrar el lugar) y para que puedas relajarte y prepararte mentalmente.
La puntualidad demuestra respeto por el tiempo del entrevistador y tu compromiso, elementos claves para transmitir una imagen de responsabilidad y confiabilidad.
3. Controla los nervios y gestos involuntarios
Es natural sentir nerviosismo durante una entrevista laboral, sin embargo, los llamados "tics nerviosos" pueden jugar en contra. Conductas como tocarse el rostro, el cabello, mirar hacia todos lados o asentir exageradamente pueden percibirse como falta de seguridad o concentración.
Mantener una postura erguida y abierta, respirar profundo para mantener la calma, mantener contacto visual con el entrevistador y sonreír de forma natural ayuda a proyectar seguridad y confianza. Practicar técnicas de relajación previo al encuentro puede ser un gran aliado para controlar esos gestos involuntarios.
4. Cree en ti mismo, pero sin excesos
La humildad y la confianza deben ir de la mano durante la entrevista. Es esencial tener claro lo que eres capaz de aportar y hasta dónde pueden llegar tus habilidades, y expresarlo con convicción, sin caer en la soberbia o el excesivo autoestima.
Este es tu espacio para destacar tus fortalezas, logros y competencias, hablar con sinceridad sobre tus experiencias y demostrar lo que puedes aportar al puesto. Recuerda que una adecuada autopercepción suma, porque el reclutador busca candidatos capaces y seguros, pero también con actitud colaborativa y abierta.
5. Muestra interés, pero de forma equilibrada
Demostrar que estás interesado en la posición es algo positivo, ya que el silencio o la falta de preguntas puede interpretarse como desinterés o falta de motivación. No obstante, evitar exagerar con preguntas o intentar monopolizar la conversación.
Lo ideal es esperar a que el entrevistador te dé la oportunidad para hacer preguntas relevantes y puntuales que reflejen tu interés genuino en conocer más sobre las funciones, la empresa y las expectativas del puesto. Preparar algunas preguntas de antemano también es recomendable para demostrar que investigaste sobre la compañía.
6. Escucha activa: responde sin interrumpir
Escuchar con atención es tan importante como responder adecuadamente. No interrumpas al entrevistador; deja que finalice sus preguntas y comentarios antes de responder, así demuestras respeto y capacidad de escucha activa, cualidades altamente valoradas en cualquier profesional.
Además, toma la pausa necesaria para reflexionar tus respuestas y contestar con claridad, asegurándote de abordar los puntos solicitados sin divagar.
7. Resalta tus logros y experiencias positivas
Frecuentemente, el entrevistador indaga sobre tu experiencia laboral previa. Este es un momento clave para destacar tus principales logros y contribuciones en roles anteriores, mencionando resultados concretos y aprendizajes importantes.
Es fundamental evitar hablar mal de anteriores empleadores o colegas. En lugar de eso, enfócate en lo positivo: proyectos exitosos, habilidades desarrolladas, relaciones laborales constructivas y cualquier dato que muestre tu profesionalismo y adapabilidad.
8. Prepárate a conciencia para asegurar un desempeño óptimo
Ir a una entrevista sin prepararte de forma adecuada refleja un bajo nivel de compromiso y puede costarte la oportunidad. Investiga sobre la empresa: su historia, misión, cultura, productos o servicios y el perfil del puesto al que postulas.
También repasa tu currículum y prepárate para responder preguntas comunes, así como para detallar tus experiencias y habilidades. La preparación te dará confianza y control, mostrándote como un candidato serio, motivado y profesional.
Seguir estos consejos potenciará tus posibilidades de éxito en cualquier proceso de selección. Recuerda que una entrevista es un diálogo donde ambas partes buscan encontrar el mejor encaje. Tu misión es mostrar la mejor versión de ti, basada en autenticidad, preparación y una actitud positiva que transmita tu verdadero potencial. ¡Prepárate, confía en ti y da el paso hacia tu próximo empleo!